martes, 5 de abril de 2011

¿FUKUSHIMA MITO O REALIDAD?


En este momento cuando muchos creíamos y confiamos en la tecnología actual y muy pocas veces para no decir nunca prestamos atención a la misma. Y dimos por hecho que un país como Japón era considerado como punta de lanza de los adelantos tecnológicos, de igual manera nunca nos preocupamos por el uso de la energía nuclear en ningún sentido y ahora con lo sucedido en Fukushima y gracias a el hecho que en nuestro país gozamos de la suficiente libertad de expresión, podemos ver y saber la cantidad de centrales nucleares que hay en nuestro planeta, algo poco conocido por los venezolanos, podemos saber de las consecuencias que puede producir la contaminación nuclear. Sin querer ser dramático o terrorífico, pero con lo ya expuesto con el movimiento de los chorros de vientos que soplan desde Japón hasta la costa pacífica de los EEUU y ahora con el movimiento de las corrientes marinas, es algo que definitivamente traerá problemas a futuro y sencillamente muchos de nuestros medios de comunicación NO alerta sobre este inminente desastre, porque no solo se trata del daño que esto producirá sobre los seres humanos sino que también traerá consecuencias que en miles o millones de años no desaparecerán. Ya en este momento cuando los ingenieros nipones alertan de la necesidad de tener que dejar caer millones de galones de agua “levemente contaminadas” a el océano pacifico y a su vez reconocen que los niveles de radiación en agua, suelo y alimentos superan en millones de mSv de la escala aceptada internacionalmente al año, imagínense el daño que esto traerá a el ecosistema marino del pacifico y por ende a nosotros, es claro que muy pocos medios están haciendo de conocimiento publico esta realidad, por lo cual muchas personas que desconozcan de esta realidad y que por necesidad irremediablemente consumirán productos marinos contaminados y a razón de unos años las consecuencias en su salud será afectada. Pero algo que me llama mucho la atención es el hecho que NO he podido ver a ninguna organización de carácter conservacionista, ecologista, ambientalista o como los llamo yo comeflores haciendo algún tipo de manifestación en rechazo o por lo menos en alerta por este caso realmente preocupante y que en definitiva, tarde o temprano será conocido y mostrado en su real dimensión. Pidamos a la presencia divina de la cual ustedes creen. Que las potencias económicas mundiales se pongan de acuerdo y unidos en una verdadera cruzada por la salud mundial hagan algo que pueda reducir el daño que ya se ha hecho contra nuestro planeta y podamos dejar a nuestros nietos algo donde poder vivir en paz los unos con los otros. Para que podamos entender mejor lo que sucede en Fukushima a continuación una explicación tomada de Wikipedia sobre la contaminación nuclear y podamos hablar con propiedad.
“Dosis aceptable de irradiación
Hasta cierto punto, las radiaciones naturales (emitidas por el medio ambiente) son inofensivas. El promedio de tasa de dosis equivalentes medida a nivel del mar es de 0,00012 mSv/h (0,012 mrem/h).
La dosis efectiva (suma de las dosis recibidas desde el exterior del cuerpo y desde su interior) que se considera que empieza a producir efectos en el organismo de forma detectable es de 100 mSv (10 rem) en un periodo de 1 año.1
Los métodos de reducción de la dosis son: 1) reducción del tiempo de exposición, 2) aumento del blindaje y 3) aumento de la distancia a la fuente radiante.
A modo de ejemplo, se muestran las tasas de dosis en la actualidad utilizadas en una central nuclear para establecer los límites de permanencia en cada zona, el personal que puede acceder a ellas y su señalización:
Zona
Dosis
Zona gris o azul
de 0,0025 a 0,0075 mSv/h
Zona verde
de 0,0075 a 0,025 mSv/h
Zona amarilla
de 0,025 a 1 mSv/h
Zona naranja
de 1 a 100 mSv/h
Zona roja
> 100 mSv/h
 “Cuando los radioelementos se fijan en el cuerpo humano pueden ser más peligrosos que cuando se eliminan de forma normal por el organismo (en la heces, orina o sudor). Pero siempre depende de la cantidad incorporada al cuerpo. En el caso de los radioisótopos que emiten radiaciones alfa y beta, si los radioisótopos permanecen fuera del organismo el daño que pueden provocar, incluso para actividades muy grandes, es muy limitado. Pero cuando se incorporan, pueden dañar a las células, ya que depositan en ellas toda su energía. Cuando esas células se dañan lo suficiente como para que tengan que intervenir los mecanismos de reparación, pero no lo suficiente como para matarlas, en ocasiones esos mecanismos pueden generar errores en el material genético, pudiendo crear tumores (carácter mutágeno de las radiaciones).
El cuerpo humano puede incorporar radioelementos de varias maneras:
§  Por la respiración: cuando los átomos que componen el gas radón se desintegran mientras están en los pulmones, sus productos de desintegración se fijan en otras partículas más pesadas que a su vez se pueden fijar en los pulmones, y continúan su cadena radioactiva y sus emisiones en el interior del organismo.
§  Por la alimentación: Cuando se contamina un suelo, las plantas, y los animales que comen estas plantas, pueden a su vez contaminarse. Ciertos organismos son particularmente radioacumulantes, como algunos tipos de setas o los mejillones. También hay órganos que son más radios sensibles que otros, y también los distintos radioisótopos se fijan mejor en unos o en otros. Por ejemplo, la tiroides fija el yodo (radiactivo o estable), y por este motivo cuando se producen emisiones importantes de yodo radiactivo (como en caso de accidente grave en una central nuclear), una medida para mitigar los daños que puede producir consiste en la distribución de pastillas de yodo estable a las personas que pudieran verse afectadas de forma que la tiroides quede saturada con este yodo y se evite la incorporación de yodo radiactivo. Esperemos que la información de las consecuencias de este accidente sean informadas oportunamente para por lo menos reducir el impacto que este tenga hacia nosotros, ya el panorama mundial esta muy disminuido en razón de la alimentación imagínense ahora una contaminación nuclear de los pocos alimentos que quedan. Momentos de reflexión.

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